Volver

Virus y bacterias: dos mundos opuestos

Microbios, microorganismos, gérmenes, virus y bacterias suelen ser términos que consideramos sinónimos y que además nos evocan lo mismo: asco y enfermedad.

ACTUALIDAD

ESCRITO POR: MALOKA

Microbios, microorganismos, gérmenes, virus y bacterias suelen ser términos que consideramos sinónimos y que además nos evocan lo mismo: asco y enfermedad. Pero una bacteria, un parasito o cualquier otro microorganismo busca lo mismo que nosotros: vivir y reproducirse. Aunque su estrategia efectivamente no es la que más nos beneficie. Muchos de estos organismos encuentran en los humanos un ambiente rico en nutrientes, cálido, húmedo y con una capacidad de renovarse constantemente, por ende no es sorprendente que muchos microorganismos hayan desarrollado la capacidad de sobrevivir, adaptarse y reproducirse en los humanos. Y aunque todos parezcan lo mismo, no lo son y no actúan de igual manera. Virus y bacterias son dos mundos opuestos.

¿Qué son los virus?

 

Los virus son parásitos microscópicos, generalmente más pequeños que las bacterias, aunque actualmente se conocen virus más grandes. Se les considera parásitos pues no sobreviven ni se reproducen fuera de un huésped. Curiosamente, los virus se mueven en los límites de lo vivo, pues contienen una de las dos moléculas de la vida: ADN o ARN, pero no pueden replicarse por sí solos, de ahí que sea necesario invadir e infectar un huésped. Para ello, utiliza generalmente tres entradas: vías respiratorias, heridas expuestas o la saliva de un insecto que nos picó como por ejemplo los virus que causan la fiebre amarilla o el dengue.

Una vez adentro, los virus se unirán a receptores específicos de las superficies de las células huésped como dos piezas de rompecabezas. Muchos virus pueden unirse al mismo receptor celular así como un solo virus puede unirse a diferentes receptores de la superficie celular. Luego, cuando el virus ya está unido a los receptores de las células del huésped tiene varios mecanismos de penetrar la célula. El VIH, por ejemplo, es un virus que tiene envoltura celular lo que permite que se fusione con la membrana celular del huésped y se vaya empujando hacía dentro. El virus de la gripe, que también tiene envoltura, es engullido por la célula y otros virus que no poseen envolturas como por ejemplo, el virus del Polio crean un canal de entrada poroso y se entierran a través de la membrana celular del huésped.

Todo lo anterior no es más que una estrategia de invasión para que una vez adentro de las células huésped el virus actúe como el caballo de Troya. Los virus liberan sus genomas interrumpiendo o secuestrando parte del funcionamiento celular para que la célula del huésped trabaje a su favor produciendo cientos de proteínas virales. Con ello, el virus logra reproducirse tanto adentro como afuera del huésped, por ejemplo, cuando se tiene resfriado común, un estornudo emite casi 20000 microgotas que contienen partículas de rinovirus o coronavirus y solo con tocarlas o respirarlas el virus se propagará.

¿Qué son las bacterias?

 

Las bacterias son organismos microscópicos unicelulares que a diferencia de los virus pueden subsistir por sí mismas y reproducirse. Habitan y prosperan en diferentes entornos del planeta e incluso al interior de otros seres vivos. De hecho, el ser humano posee millones de bacterias indispensables para su salud e incluso, utiliza otras de manera eficaz para diferentes procesos alimenticios e industriales.

Las células bacterianas, generalmente, están rodeadas por cubiertas protectoras: una pared celular externa y una membrana celular interna. Ciertas bacterias, como los micoplasmas, no tienen pared celular, mientras otras pueden llegar a tener una tercera capa protectora llamada cápsula. Además, se reproducen mediante un proceso llamado fisión binaria, donde una sola célula se divide en dos células hijas idénticas y cada célula se volverá a reproducir en otras dos y así sucesivamente. De esta manera, cuando una bacteria no deseada ingresa al cuerpo, rápidamente comienza a dividirse y propagarse generando una infección como por ejemplo la amigdalitis, faringitis, infecciones en el tracto urinario o digestivo, entre otras. Cuando esto ocurre una prueba médica determina qué bacteria es y según su naturaleza se trata con un antibiótico que, dependiendo su acción, puede destruir las cubiertas protectoras de las bacterias.

¿Cómo tratamos las infecciones virales y de bacterias?

 

Como la naturaleza de las bacterias y los virus es totalmente diferente, los tratamientos para controlar estos organismos ante una infección también son totalmente diferentes. Una infección bacteriana se puede eliminar con antibióticos, mientras que los virus no responden a estos medicamentos por ello, cuando tengamos gripa u otro virus, no usemos antibióticos esto no elimina los virus y en cambio sí traen otros problemas más complejos para nuestra salud. Los virus son controlados por nuestro sistema inmune que usualmente es capaz de combatir la causa del problema, eso sí, tendremos que soportar algunos días los incomodos síntomas de tal infección, aunque también existen algunos medicamentos antivirales que ayudan a tratar dichos síntomas, pero al final la infección se habrá eliminado. Una vez que le ganemos la batalla a un tipo de virus, generalmente nos volvemos inmunes a contraerlo nuevamente o por lo menos durante un periodo de tiempo significativo.

Por supuesto, un sistema inmune saludable ayuda a la recuperación de cualquier tipo de patógeno que ingrese al cuerpo, incluidas bacterias y virus, pero conocer la diferencia de las infecciones y de los microorganismos que las causa también nos ayuda a saber qué hacer adecuadamente.

Referencias